La distribución de bebidas a la restauración cae un 13% en volumen
La baja actividad amenaza a las empresas, que prevén una concentración del 50%
El sector de distribuidores de bebidas a hoteles, bares y restaurantes (horeca) está viviendo, como tantos, un mal año, afectado por la caída de ventas generalizada y por el retroceso del turismo. El sector prevé que esta situación acelere los procesos de concentración, que pueden llegar a afectar a hasta el 50% de las empresas, según Josep Darnés, presidente de ka asociación catalana ADISCAT, que agrupa a 119 empresas, el 80% del sector.
En Cataluña existen unas 150 empresas dedicadas a esta actividad, que emplean a entre 4.000 y 5.000 personas de forma directa; movilizan más de 3.000 vehículos de reparto y comerciales, suministran a 60.000 puntos de venta, y facturan 1.000 millones de euros. “Veníamos de crecer al 6%-7%. Pero en el 2008 sólo se facturó un 2% más y el volumen cayó un 4%”, explica Jose Manuel Fernandez, director general de ADISCAT. “Este 2009 sufriremos una caída del 8% en valor y del 13% en volumen”, asegura. “Creíamos que el segundo semestre mejoraría, pero no ha sido así. Y pensamos que en el 2010 seguirá la caída, aunque sea inferior; todo dependerá del turismo”.
Aunque se trata de un sector muy atomizado y local, tres cuartas partes del negocio se concentran en unos pocos grupos: Disbesa-Darnés, Serhs, Euroestrellas-Grupo Costa Brava y BGrup, además de Comergrup y Hostali. Este pelotón de cabeza lidera la nueva estrategia, que está ya cambiando la foto del sector y que tiene dos vertientes: la expansión territorial hacia el resto de España y la ampliación de la gama de productos.
“Hay empresas que ya manejan 4.000 referencias. Pero otras están sólo con 200. Todavía hay empresas muy especializadas: en distribución de licores, de bebidas o de congelados” explica Darnés. “Vamos hacia una evidente concentración. Habrá fusiones, quizás afectarán a la mitad de empresas, y esta crisis las acelerará. Hoy un restaurante puede tener unos 10 o 12 proveedores, y en el futuro tendrá sólo 3 o 4. Es la manera de hacernos rentables: si un bar quiere, podemos suministrarle desde el papel higiénico hasta las verduras”, dice Darnés.
“Hemos sido siempre la niña pobre de la película”, explica el presidente de este sector que nació de los “gasoseros” y que ha crecido acomplejado: de ellos se conocen los atascos que provoca una furgoneta que descarga en doble fila, o los camiones pintados con grandes marcas de bebidas: “Pero los vehículos no son de las marcas fabricantes: ¡son nuestros! El distribuidor es quien compra el producto, hace la gestión comercial y asume el riesgo”, dice Darnés. “Somos un sector desconocido: la gran mayoría somos empresas familiares, no hay multinacionales ni capital riesgo que apueste por nosotros”.
Son las empresas catalanas las primeras que han apostado por este modelo de expansión geográfica: en España el sector está aún más atomizado. Se calcula que existen un millar de empresas de distribución a hostelería y restauración que mueven más de 5.000 millones de euros.